Así de tal guisa se comenzó a fraguar un inocente cuentecillo sin fin previsto, sólo por el gusto de hacerlo noche tras noche.
Debido a la mala caligrafía que mis manos albergan y al hecho mismo de copiar, lo peor que te podría ocurrir era hacer una ilustración y posteriormente equivocarte con el texto o surgiese un gotarrón de la plumilla. Realmente te puedes poner algo nerviosillo. Menos mal que aprendo rápido y tan sólo tras 200.000 confiadas hojas desperdiciadas aprendí el procedimiento (si es que soy así de espabilado, lo bueno es que para aprender pasé por todos lo errores que eran posibles en esta dimensión y un poco de la de al lado a la izquierda, por lo que aprendí un montón).
Respecto al texto, me gustaba que las conversaciones se viesen en un color distinto, un efecto que tenía en mente desde que leí la "Historia Interminable", donde cada parte de la trama lleva un color.
También fue importante decidir cuanto de adorno quería en las hojas. Estuve tentado de cargarlas al más estilo monástico, pero en una hoja tan pequeña resultaba demasiado cargado y quitaba el tinte propio que quise imprimirle. Algo a la antigua pero con aire más dinámico y actual
Luego continuaremos con otros aspectos...
Hasta pronto
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